Demi-plie (Flexión media o pequeña de las rodillas)
Este ejercicio básico saca las piernas y desarrolla tendones y músculos de muslos, pantorrillas, tobillos y pies, aumentando la flexibilidad y la fuerza del tendón de Aquiles. La acción del resorte del demi-plie es esencial para todos los movimientos de salto y el regreso al suelo.
Releve
Es un paso considerado como fundamental en la danza y así también es uno de los primeros movimientos que se realizan al empezar la clase. Su nombre en francés significa “levantarse”. Up!
El relevé nos ayuda a… Fortalecer las piernas, tobillos y pies. Desarrollar los arcos del pie. Mejorar la distribución y la transferencia del peso durante el baile. Beneficia a tener el tobillo fijo y, además, la musculatura se forma más elongada y larga.
Obra maestra absoluta del teatro de la danza del Romanticismo. Fue estrenada en 1841 en la Ópera de París constituyéndose en pieza pura y fundamental de la danza clásica, tanto por el tratamiento de los ideales románticos como por el empleo de la más refinada técnica teatral del siglo XIX.
El ballet Giselle constituye una de las más puras joyas del ballet romántico.
Giselle es un ballet en dos actos con música de Adolphe Adam, coreografía de Jules Perrot y Jean Coralli y libreto de Théophile Gautier yJules-Henri Vernoy, basado en la obra De l'Allemagne (1835) de Heinrich Heine. La variación de Giselle del primer acto no es original de Adam, fue incorporada posteriormente y se cree que su autor fue Ludwig Minkus.
El lago de los cisnes es un cuento de hadas-ballet estructurado en cuatro actos, que fue encargado por el Teatro Bolshói en 1875 y se estrenó en 1877. La música fue compuesta por Piotr Ilich Chaikovski; se trata de su op. 20 y es el primero de sus ballets. En la producción original la coreografía fue creada por Julius Reisinger. El libreto se cree que fue escrito por Vladímir Petróvich Béguichev y Vasily Geltser, basándose en el cuento alemánDer geraubte Schleier (El velo robado) de Johann Karl August Musäus.
La primera representación tuvo lugar el 4 de marzo de 1877 en el Teatro Bolshói de Moscú. Contrario a su gran reconocimiento actual, esta obra estuvo rodeada de reveses desde su estreno; además de su pobre producción inicial, de la cual se han perdido algunos registros, las creaciones de la música y la coreografía original no fueron paralelas debido a desacuerdos técnicos entre las partes, pues Chaikovski (poco familiarizado con la composición de ballets) trabajó de forma rápida, innovadora y despreocupada en una partitura que terminaría desconcertando a Reisinger. Todo ello hizo que la obra no fuese bien aceptada ni por el público ni por la crítica la cual se expresó con palabras como “difícilmente se convertirá en un ballet de repertorio y nadie lo va a lamentar” Sin embargo, el 15 de enero de 1895 en el Teatro Mariinski de San Petersburgoesta misma obra logra su primer gran éxito con una nueva coreografía a cargo de Marius Petipa y Lev Ivanov.
Desde entonces, numerosas revisiones y puestas en escenas mantuvieron fresca esta subestimada obra de modo que para mediados de los años 40 del siglo XX empezó a ser ampliamente reconocida como paradigma del ballet. El lago de los cisnes bailado con la música de Chaikovski es actualmente uno de los más reputados títulos del ballet mundial y una de las mayores exportaciones artísticas de la Rusia imperial, así como una de las obras emblema del compositor. Bailarines tan geniales como Anna Pávlova y Rudolf Nuréyev han dejado su huella en esta duradera obra maestra.
La danza contemporánea surge como una reacción a las formas clásicas y probablemente como una necesidad de expresarse más libremente con el cuerpo. Es una clase de danza en la que se busca expresar, a través del bailarín , una idea, un sentimiento, una emoción, al igual que el ballet clásico, pero mezclando movimientos corporales propios del siglo XX y XXI.
Su origen se remonta hasta finales del siglo XIX. En los inicios se buscaba una alternativa a la estricta técnica del ballet clásico, empezaron a aparecer bailarines danzando descalzos y realizando saltos menos rígidos que los tradicionales en el escenario. Con el tiempo, fueron apareciendo variaciones en las que la técnica clásica brillaba por su ausencia e incluso se introducían movimientos de otras técnicas corporales, como el flamenco, movimientos de danzas tribales y hasta del yoga.